«Muchos creen que el talento es cuestión de suerte, pero pocos saben que la suerte es cuestión de talento»
El talento (del griego τάλαντον, talanton que significa balanza o peso) era una unidad de medida monetaria utilizada en la antigüedad. Adquirió fama por su mención en una de las parábolas de Jesús: la parábola de los talentos, de cuya interpretación se deriva “inteligencia”, “aptitud”.
Desde una perspectiva de recursos humanos, el concepto de talento es entendido como un todo, donde se mezclan conocimientos y actitudes. Los conocimientos son adquiridos y por tanto están al alcance de cualquiera, las actitudes están al alcance de aquel que desee adoptarlas.
Según los expertos, el talento es descrito como la característica de aquellas personas cuyas capacidades se encuentran comprometidas a hacer cosas que mejoren los resultados de la organización. De este modo, estamos ante un profesional comprometido que pone en práctica sus capacidades para obtener resultados superiores en su entorno.
Por otro lado, el desarrollo y aplicación del talento por parte de los profesionales no se ubica en la cantidad y el volumen de conocimientos, sino más bien en la capacidad de aprender y de transferir las nuevas competencias consiguiendo un impacto positivo e importante en nuestro entorno organizacional.
Todo tipo de talento está compuesto por tres ingredientes principales con características específicas:
Conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y competencias que se desarrollan dentro de la empresa (o de cualquier otro entorno).
Grado de involucración hacia la empresa (organización) a través del esfuerzo invertido en el trabajo dentro de ella.
Actuaciones y conductas llevadas a cabo dentro de una organización intermediadas por el compromiso interno con la misma y las capacidades del propio individuo.
No sólo existe el talento innato, el talento al que nos referimos es aquel que también puede aprenderse, teniendo en cuenta previamente una serie de requisitos:
Se vincula con la idea de que las personas con talento acaban realizando lo que hacen, ya que disfrutan de ello. Esta idea se enlaza con el concepto de pasión, de la emoción ligada con el desarrollo de aquello que llevamos a cabo.
Adquisición y renovación de los saberes que se encuentran ligados con el desempeño de aquellas funciones que nos gustan. En definitiva, con aquello para lo cual nos encontramos motivados.
Transferencia de los conocimientos que adquirimos a la acción, a la generación de respuestas conductuales que nos llevan a realizar aquello con lo que disfrutamos en el ámbito de las organizaciones.
Se puede ser inteligente y apto y sin embargo no ser talento. Es necesario algo más, lo que lleva a una definición de talento estrechamente asociada a la generación de valor. Si entendemos el talento como cualidad convertible en valor para la organización, podemos identificar al menos estas 4 claves:
El talento debe tener, al menos, una o dos habilidades tangibles e identificables. Cuando se afirma que una persona tiene talento, habría que ser capaz de especificar para qué y de demostrarlo con ejemplos.
No es suficiente poseer la habilidad sino ser capaz de convertirla en valor. Además de ser hábil y óptimo en dichas acciones, hay que saber sacarle partido a esa habilidad en los contextos adecuados.
Sentimientos de voluntad y motivación que potencian la capacidad de sacarle partido a las habilidades que se derivan del trabajo organizacional.
Condiciones externas determinadas e idóneas que promueven el desarrollo. Un claro ejemplo serían aquellas organizaciones no basadas en la filosofía del control.
Ser un buen trabajador no es lo mismo que tener talento. Es diferente desempeñar una tarea según unas instrucciones y estándares de calidad en un plazo determinado que, además, aporta valor al resultado combinando habilidades, capacidades y actitudes, mejorando con ellas el resultado final. Talento significa encontrar el equilibrio entre buen rendimiento y potencial.
Talento hoy significa adaptabilidad, aquella capacidad de mantenerse en un estado de constante aprendizaje y evolución, pero, además, significa:
- Potencial de aprendizaje, crecimiento, adaptación, reinvención.
- Curiosidad permanente, espíritu crítico, creatividad, iniciativa, versatilidad.
- Capacidad para romper los moldes establecidos por las definiciones de puestos de trabajo y enriquecerlos superando las expectativas.
- Cultivar relaciones con personas con marca personal y con capacidad para evolucionar y contribuir de forma continuada al conocimiento.
- Valorar la diferencia de puntos de vista sacando partido de todas las opiniones.
- Valorar los cambios en vez de resistirse a ellos aprovechando los cambios como oportunidades de crecimiento.
- Proactividad e independencia en la resolución de problemas y en la gestión de tareas.
Y tú, ¿tienes el talento que las empresas buscan?
A la hora de aplicar la teoría a nosotros mismos, debemos entender el talento como algo que nos gusta hacer, que se nos da bien y con lo que disfrutamos. Se pueden trabajar las debilidades, pero nunca será tan beneficioso como hacerlo en las fortalezas o buenas competencias que ya poseemos. Descubrir y trabajar sobre nuestros talentos implica una tarea de análisis, autoconocimiento y esfuerzo que permitirá conocernos mejor a nosotros y ofrecer al entorno organizacional herramientas diferenciadoras que promoverán su desarrollo.
Encuentra y potencia tu talento!
- Evalúa en lo que eres bueno y conoces en profundidad: Analiza tus puntos fuertes y aquellas competencias que manejas positivamente y piensa cómo podrías extrapolarlas al entorno organizativo.
- Piensa en aquellos momentos en que hayas tenido éxito: Haz uso de la memoria sobre tu propia experiencia para aclararte sobre cuáles son las capacidades que han protagonizado tus logros.
- Desarrolla las habilidades que ya tengas: Haz uso de tus mejores habilidades logrando transferirlas al contexto profesional buscando la mejora y el desarrollo tanto a nivel individual como organizativo.
- Toma clases de los temas que te interesen: Si aún piensas que necesitas mejorar, haz uso de la formación teórica y práctica, el talento también necesita actualizarse.
- Hazte a cargo de los desafíos: Busca oportunidades para aplicar tu talento y ponte a prueba en aquellas situaciones que impliquen iniciativa y proactividad. Estos momentos te darán retroalimentación sobre ti mismo y tus competencias.
¡Muy buenas consideraciones sobre el talento!
No cabe duda de que es una de las competencias a desarrollar por parte de una empresa o una persona. Nosotros siempre recomendamos tener en cuenta este elemento para poder evolucionar profesionalmente.
¡Un saludo!
Muchas gracias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado el post.
Saludos.
Excelente articulo, me ayuda para redactar bien cv y entender mis habilidades y aptitudes.
Muchas gracias, Joel. Me alegro que te guste!!!
Increíble tema sobre el talento muy buena información resumida en breves explicaciones sobre el talento